Pinky y Cerebro eran dos ratoncitos de laboratorio que noche tras noche ideaban un plan para tratar de conquistar al mundo, y fallaban en cada intento. Dos concejales oficialistas buscaron replicar esa meta y terminaron de la misma manera. Por un lado, Sebastián Neuspiller fue el ideólogo de una “rara visita” a la empresa de fuegos artificiales Jupiter; y por el otro, el mensajero fue el Presidente del Concejo Deliberante, Gustavo Trindade. Terminaron siendo echados por el propietario de la firma y luego llegó la agresión a un colega de ellos.
Con el proyecto de la ordenanza que impulsaba la prohibición de la venta de fuegos artificiales en el distrito se dirigió hasta el lugar el flamante titular del cuerpo legislativo. Allí se encontró con el amigo de “Cerebro” Neuspiller, que con muchas agallas decidió no participar de ese encuentro, el propietario de la firma que conocería al ex goleador por haber ido juntos a la escuela. ¿La idea era mostrarle la iniciativa que iba a perjudicar su negocio? ¿Existía la posibilidad de que el empresario se alegrará por eso? ¿O la propuesta fue otra?
En esa charla, los representantes del Concejo Deliberante nombraron al vendedor más conocido que tiene Jupiter en Pilar, Cacho Di Santo. Hablaron de los réditos económicos que le genera la actividad al derquino. Como consecuencia de ese “diálogo” se produjo la visita a la sede administrativa del HCD del comerciante con algunos acompañantes y terminó con la agresión a uno de los concejales oficialistas.
Dentro de este conflicto también está incluido el Senador provincial Jorge D’Onofrio, ya que el actual yerno del agresor es el reconocido Marito Martin. Quien tras militar junto a Lealtad Derqui con Alberto Zapata y luego con la Agrupación La 17, ahora es un massista más junto al abogado de San Isidro. Martin no se hizo presente en el lugar, pero sabía de lo planificado para aclarar la situación de manera poco pacífica.
¿Conquistar a Pilar a fuerza de sobornos? ¿Es la idea? La primera parada no fue exitosa para estos ratoncitos de Cambiemos. ¿Qué dirá el dueño del laboratorio? En principio, Nicolás Ducoté estaba muy enojado con la situación. ¿Accionará de la misma manera que lo hizo con un par de inspectores que están demostrando su inocencia?





