En agosto del 2016, el gobierno nacional a través del Ministerio del Interior acordó la llegada al distrito de 20 mil microcréditos para que los vecinos accedan a la posibilidad de refaccionar sus viviendas y financiar conexiones domiciliarias a las redes de servicios básicos, el municipio lo direccionó para que sean obras referidas a conexiones a la red de gas. Esos $300 millones están afectados para ese objetivo, pero una vez devueltos por cada uno de los beneficiarios, serán de libre disponibilidad para la comuna. De esta manera, Nicolás Ducoté abrió su propia financiera.
Como el acuerdo con la cartera de Rogelio Frigerio marca que ese dinero no debe retornar al estado nacional, en Pilar han decidido tomar esos futuros $300 millones como propios.
Ayer el Concejo Deliberante votó ese convenio con el cual vecinos que tenga hasta dos sueldos mínimos de ingresos familiar podrán acceder a este beneficio, que rondarán entre los $15.000 y $20.000 para cada vivienda. Y deberán devolverlo hasta en 60 cuotas.
Lejos de otorgar un beneficio directo a los contribuyentes, el estado nacional y el municipio crearon un círculo financiero para “hacer política” con el dinero de los vecinos. En los últimos años, montos parecidos eran entregados sin retorno alguno.
Que la gestión de Nicolás Ducoté tenga $300 millones futuros de libre disponibilidad genera muchas incógnitas y oscurece la tan promocionada transparencia. Si el objetivo es sumar beneficios para el distrito, ¿por qué los fondos no fueron afectados para una obra en particular? ¿Por qué no se dejó asentado que serán destinados a más obras de gas o agua? ¿Por qué no son destinados al nuevo hospital central? ¿Qué hará el Intendente con esos “ahorros”?
