“Desde lejos no se ve”, dice la canción de Los Piojos, y es verdad. Por eso seguramente, el cuerpo de consejeros escolares de Pilar no pueden observar desde sus oficinas en Pilar las deficiencias que marcan los padres del edificio del Jardín de Infantes N°922, ubicado en el barrio La Loma en Villa Rosa. Estos últimos, preocupados por la seguridad de sus chiquitos, ayer se manifestaron pacíficamente en la puerta de la institución. Allí no acudió ningún representante del Consejo Escolar. Al contrario, el consejero Pablo Donoso decidió hablar con un medio local en lugar de ir a dar respuestas a los interesados. ¿Tiene fobia social? ¿Temor?
Actualmente alrededor de 120 chicos acuden diariamente a ese edificio. Los papás mencionaron que desde el 2009 vienen haciendo reclamos y nunca obtuvieron soluciones. Por eso, ayer solicitaron la presencia de un arquitecto o responsable técnico que examine el estado del lugar. Aseguraron que días atrás, un arquitecto no se habría animado a certificar la situación.
Sumado a que ningún responsable del Consejo Escolar tuvo la delicadeza de acercarse hasta el barrio La Loma, el día previo Donoso habría bajado la única directiva que ningún medio podía ingresar al edificio. ¿No está realmente en condiciones de mostrarse? ¿O qué busca esconder?
Contradiciendo a las declaraciones del Tesorero, a los padres les marcaron que se está buscando un nuevo terreno para construir un nuevo jardín. Pero a los damnificados se les acabó la paciencia, marcaron que si no reciben una rápida respuesta se manifestarán en la puerta del Consejo Escolar.







