La inseguridad asusta a Pilar

“La inseguridad es el tema que más le preocupa al vecino de Pilar”, admitió hace unos días el Intendente Nicolás Ducoté en la conferencia de prensa que sirvió de balance por su primer año de gestión. Justamente las estadísticas de ese tema son las más preocupantes. Y ayer fueron reflejadas en distintos medios nacionales, puntualizando que la mitad de los robos a countries dentro de la provincia sucedieron en nuestro distrito. El saqueo a la propiedad del periodista Daniel Hadad en el exclusivo Mayling Club de Campo lo puso en la mirada de todos.

Los números hablan de alrededor de setenta robos en distintas urbanizaciones privadas en el territorio bonaerense, de los cuales el 50% tuvieron como protagonista a Pilar. Ya no interesa que tan estrictos sean los controles en los ingresos y egresos, los delincuentes han logrado sortear todos esos obstáculos. Como nunca han vulnerado a históricos barrios como Mayling o Golfers.

Más allá de que la amplia victoria lograda en el 2015 incluyó a todos los sectores de Pilar, esta porción de la sociedad que hoy está asustada por los constantes robos son quienes apoyaron desde el primer momento la llegada de Ducoté al estado comunal. Y hoy los anuncios de incorporación de móviles, el egreso de más policías locales o la llegada de fuerzas nacionales no parecen satisfacerlos mientras continúen los ilícitos.

Personalidades importantes que eligieron Pilar para residir fueron los damnificados de la inseguridad del distrito. Al mencionado Daniel Hadad, se le suma el ex Juez Federal Dr. Oscar Salvi, también vecino de Mayling, a quien le revolvieron todo y le abrieron la caja fuerte. Entre los vecinos pilarenses de siempre, figura como víctima el actual Juez de Faltas, Dr. Sebastián Zamarripa, a quien le robaron en su propiedad del country Santa Silvina.

Ducoté no ha logrado frenar los delitos en los barrios abiertos, donde la crisis socioeconómica genera que cada vez sean más los jóvenes volcados hacia la delincuencia y que la clase trabajadora sea el blanco constante de ese flagelo. Pero también se suman los hechos que ocurren del otro lado de los muros, donde ni el alambrado perimetral con sensores de movimiento, ni la guardia en las entradas, ni el sistema de monitoreo por cámaras han podido detener a la Inseguridad que asusta a Pilar.